Con anotaciones de Henry Romero y Rodolfo Zelaya, los albos de Alianza consiguieron una valiosa victoria 1-2 sobre Once Deportivo en el estadio Simeón Magaña, de Ahuachapán, en el juego de ida de los cuartos de final.
En el arranque del partido los albos se ubicaron en los tres cuartos de cancha para comenzar a marcar la salida de los fronterizos, mientras que los ahuachapanecos se replegaron a la mitad del terreno para esperar las llegadas de Alianza y salir en contraataque.
A los siete minutos, un desliz en la salida de la zaga permitió a Tony Rugamas quedarse con el balón y enfrentar y vencer al arquero Mario González, con lo que los locales se pusieron en ventaja 1-0.
Pero mientras los aficionados canarios aún celebraban en las gradas, a los 12 minutos, Romero aprovechó un tiro de esquina para cabecear el balón y mandarlo a la red defendida por Yonatan Guardado, para el 1-1.
A los 31 minutos, en una genialidad de Rodolfo Zelaya, el atacante albo vio al arquero canario fuera de su meta y optó por levantarle el balón, para colocar el 1-2 a favor de los elefantes.
A partir de la segunda anotación los albos mejoraron en todas sus líneas y mostraron mayor vocación ofensiva, lo que le permitió al equipo llegar con más peligro y sobre todo, de forma constante.
En el segundo tiempo, los canarios salieron muy correlones, con la idea de igualar rápidamente el marcador, para a medida que transcurrió el tiempo la intensidad se comenzó a volver desesperación por emparejar el marcador.
A los 51 minutos, Rugamas recibió el balón en una posición dudosa y enfrentó al arquero González, quien le cubrió el espacio, por lo que el atacante canario no logró controlar la pelota y la dejó salir en la línea de fondo.
El ingreso de Rubén Marroquín por Enrique Contreras, a los 59 minutos, ordenado por el técnico Milton Meléndez, dio solidez al equipo, que continuó muy concentrado y con la apuesta de llevar peligro por las bandas.
Meléndez le apostó al triunfo y a los 71 minutos modificó nuevamente sus líneas y envió a Óscar Rodríguez por Zelaya y Wilfredo Cienfuegos entró por Juan Carlos Portillo.
Las variantes permitieron a los albos desarrollar su juego, con desbordes por las bandas y concentrados en no permitir libertades al rival, que se sumió en la desesperación hasta el pitazo final.