Un triunfo contundente sobre Municipal Limeño, con marcador 4-1, sirvió a los albos para demostrar que la ilusión para buscar el título está intacta. Ante los cucheros mostraron efectividad y deseo de victoria.
Los albos dominaron el mediocampo, se volvieron dueños de las bandas y lucieron sólidos en defensa, ante un equipo cuchero que no pudo descifrar el esquema blanco, ni logró luchar contra el ímpetu de los jugadores capitalinos.
Tres minutos habían transcurrido cuando la zaga de los orientales tuvo un momento de apremio, del que salió solvente, pero a los 17 minutos Cristian Olivera desbordó por la banda, ganó la línea de fondo y envió un centro medido a la cabeza de Raúl Peñaranda, quien anticipó al arquero Kevin Carabantes, y de cabeza, envió el balón a la red.
Cuando se corrían 29 minutos, Yuvini Salamanca cobró un tiro libre que obligó a volar al arquero albo Rafael García, quien se quedó con el balón, y un minuto después, fue Óscar Cerén quien llevó peligro a la meta de Carabantes, pero el jugador albo no logró contactar cómodo con el balón.
A los 32 minutos, Juan Carlos Portillo sacó un potente disparo desde fuera del área pero el balón se fue desviado.
Isaac Portillo, a los 39 minutos, se anotó en la lista de goleadores del juego al recibir un centro desde la izquierda de Olivera, y mandar un disparo que no pudo contener el arquero de los cucheros.
Los albos continuaron con llegadas por la bandas, que mostraron ser muy efectivas para desarmar el esquema defensivo de los santarroseños, quienes optaron por replegarse para soportar los embates blancos.
En el complemento los elefantes salieron inspirados y con deseo de aumentar la cuenta a su favor. Así, a los 55 minutos, Peñaranda disparó casi sin ángulo desde la derecha y cuando el balón cruzaba la línea de meta, Juan Portillo terminó de hundirla en la red para el 3-0 a favor de los albos.
A los 62 minutos, en un tiro libre de Yuvini Salamanca, el balón picó antes de llegar al arquero García, quien no logró reaccionar a tiempo y a pesar de su esfuerzo, tuvo que sacar el balón de su meta para el 3-1 de los orientales.
Pero la reacción de los elefantes no tardó en llegar, pues en un derroche de velocidad y sacrificio, dejó marcas, incluyendo al portero, y puso el cuarto gol para los albos, que a partir de ese momento, consiguieron el dominio completo del juego.
Con el 4-1 a su favor, los albos no bajaron el ritmo y se dedicaron a manejar los tiempos del juego, para intentar aumentar la cuenta pero además, para no dejar margen de reacción a los orientales.