Alianza hizo un juego inolvidable en el estadio Universitario donde luego de estar abajo 3-0, se metió de lleno en el partido y consiguió un 3-2 que le daba el pase a la siguiente fase de la Liga de Campeones, pero en el último minuto del tiempo agregado, el arquero Nahuel Guzmán puso de cabeza el 4-2 que eliminó a los albos.
El desempeño de cada uno de los jugadores albos fue digno de un 10 de nota, ya que cada uno se compenetró en el papel que le había asignado el técnico y fue un gigante en su puesto. No se pueden mencionar nombres, ya que cada uno brilló con luz propia.
Como era de esperarse, los aztecas se lanzaron sobre terreno de los elefantes desde los primeros minutos, sobre todo para aprovechar la ventaja de un gol tempranero, lo cual hizo que recurriera a la presión alta para ahogar a los albos.
Con apenas nueve minutos de juego, Enner Valencia recibió el balón desde la derecha y venció al arquero Rafael García, quien a pesar de su esfuerzo no puedo evitar el 1-0 a favor de los aztecas.
Tigres no bajó su ritmo y aprovechó un desliz en la zaga blanca para abrir espacios y que el francés André Gignac recibió en el área y definió ante García, para el 2-0 a favor de los mexicanos.
Una supuesta falta fue sancionada por el árbitro y en el área llevó a Gignac a los 23 minutos al punto de penalti. El francés mandó el disparo potente al poste izquierdo del arquero albo, que se lanzó a su derecha. Era el 3-0 que ponía el juego cuesta arriba para los capitalinos, que estaban a punto de ofrecer su mejor versión.
Los albos adelantaron filas para meter presión, para mantener más tiempo la pelota y así poder generar jugadas de peligro sobre la meta defendida por Nahuel Guzmán, quien comenzó a tener más ataques de los blancos.
A los 33 minutos, Monterroza cobró rápidamente un tiro libre y envió el balón a Juan Carlos Portillo, quien enfrentó y venció al arquero azteca para poner el 3-1, que sirvió como revulsivo para los albos.
A los 39 minutos, Varela ingresó por Rudy Clavel, con lo que el técnico de los elefantes buscó equilibrar la cancha, y lo consiguió al cambiar el planteamiento técnico del equipo salvadoreño, que se adueñó del balón.
Con 42 minutos jugados, un centro de Varela fue cabeceado por Mario Jacobo y recibido por Portillo, quien volvió a vencer al arquero azteca para poner el 3-2. El global de 4-4 daba el pase a los elefantes.
El segundo tiempo fue de pura estrategia. Wilson Gutiérrez mandó al equipo a plantarse nuevamente en defensa para dejar que los auriazules se volcaran a la ofensiva y dejaran espacios que fueran aprovechados por la velocidad de Óscar Cerén y Portillo, con Oswaldo Blanco con un obrero que al recibir debía sostener el balón.
El trabajo funcionó a la perfección, pues a pesar de que habían llegadas de los universitarios, tanto la zaga como el arquero Rafael García se crecían a cada instante.
A los 77 minutos, Portillo salió lesionado y dio paso a Rubén Marroquín, mientras que a los 81 Felipe Ponce dio paso a Isaac Portillo, con lo que se cerraron más los espacios en la zona defensiva blanca.
La desesperación era evidente en el equipo mexicano, que con cuatro minutos de tiempo de complemento, tuvo un tiro libre al borde del área y el arquero Guzmán tuvo la fortuna de encontrarse con el balón y de cabeza poner el gol de la victoria que dejó fuera a los albos, que indudablemente quedan con la cabeza en alto ante la titánica actuación en el estadio Universitario.