Alianza no consiguió superar a Motagua en San Pedro Sula y quedó al margen de la Liga Concacaf. La derrota 3-0 en el estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, para un global de 4-1, fue un duro castigo para los elefantes.
Dos jugadas de apremio en los primeros diez minutos del juego demostraron a los albos que el juego sería complicado de principio a fin, sobre todo porque los locales sabían que un empate sin goles les beneficiaba.
Sin embargo, los jugadores albos no se desesperaron y a partir del primer cuarto de hora comenzaron a jugar con más solvencia al momento de pasar el mediocampo y buscar jugadas ofensivas que les permitieran tomar la ventaja en el marcador.
Cuando los elefantes comenzaban a llegar con más claridad al área rival, a los 18 minutos, un cabezazo obligó al arquero albo, Rafael García, a volar para mandar el balón a tiro de esquina, y un minuto después, volvió a salvar su meta.
A los 30 minutos, Marco Vega encontró un hueco en la zona defensiva de los elefantes y logró vencer a García para poner en ventaja a los hondures 1-0, 2-1 en el global.
Seis minutos después, Juan Montes, de cabeza dentro del área, colocó el balón a la izquierda del arquero García y lo dejó sin posibilidad de reaccionar. El 2-0 puso cuesta arriba los sueños de los albos, quienes no desmayaron en su lucha por emparejar el marcador.
Los albos comenzaron a tener más tiempo la pelota, pero tuvieron problemas para llegar con jugadas claras sobre la meta de Jonathan Rougier, quien fue poco exigido en el primer tiempo.
En la parte de complemento, los elefantes salieron un poco más adelantados, sabedores de la necesidad de acercarse en el marcador para meter presión al rival, que siguió bien plantado en su esquema.
Motagua se dedicó a tapar los carriles a los albos y sobre todo a abrir la cancha, para, gracias a su velocidad, complicar a los jugadores blancos al momento de ir al ataque.
Ofensivamente los albos buscaron llegar con balón dominado o recurrir a los balones aéreos pero fueron superados por la mayor altura y la fortaleza física del rival, que en el tiempo de complemento buscó mantener la pelota en terreno salvadoreño y dejar correr los minutos.
A dos minutos del final, cuando los albos habían adelantado filas, el argentino Marcelo Estigarribia cerró la pinza y selló el marcador a favor de los hondureños con un 3-0 que se volvió lapidario.